LA RELACIÓN ENTRE EL AMOR Y LOS FANTASMAS

 

Un problema con que se toparon los renacentistas, después lo convirtieron en una capacidad, es decir, la capacidad de trabajar con fantasmas. Los fantasmas son algo que sí podemos poseer, en tanto que son imágenes incorpóreas, sin olvidar que el lugar donde habitan estos fantasmas es en los poemas. Y en la poesía podemos celebrar nuestro amor, y en ella se consuma.

            Precisamente la idea de amor después del siglo XII tiene el sentido de buscar el bien del otro; la imagen y el imaginario de la amada. Dante Alighieri, un personaje que en lo particular me es muy grato, escribe la comedia con base en espectros o fantasmas portadores de pasiones, sentimientos, amor, odio, crueldad, etc. Lo que nos lleva a pensar que el infierno y el purgatorio son una reivindicación de lo que el hombre es. Esto es claro al recordar aquella frase que dice: “Amor condusse noi ad una morte”.

Marsilio Ficino nos muestra un problema central que básicamente es cómo tenemos que vivir, a esto Dante respondería que el amor nos da una vida suave y dulce. Sin embargo Ficino nos muestra el amor con base en bondad y belleza, es decir, al amor le agrada la hermosura de alguna persona, no en cuanto reside en la materia exterior, sino en cuanto su imagen se recibe en el alma mediante el sentido de la vista. En pocas palabras la hermosura incorpórea es la que gusta.

El amor no busca ningún tipo de cuerpo, busca la belleza, porque la belleza no es cuerpo, es imagen. Y las imágenes despiertan las inquietudes reflexivas del alma y alteran el ritmo del organismo.

            Cuando Ficino habla del mal de ojo, es decir, una de sus hipótesis por la cual nos enamoramos, habla de espíritus que son casi cuerpo, casi alma. Estos espíritus son producidos por el vapor de la sangre, son aéreos, son neuma. Tal vez se imaginaba el corazón como caldera donde la sangre entra y se evapora por ebullición, todo esto enfocado en que el vapor es puro y lo más limpio, pues lo limpio está en el aire. Así es como el espíritu tiene un carácter de imagen propia.

            Los espíritus son cuerpos sutiles, por decirlo de alguna manera, que se agolpan en el corazón. Por eso al suspirar dejamos escapar la imagen de la amada que nos apresa el corazón y nos liberamos de la tristeza. La función del espíritu es ligar al alma con el cuerpo.

            Con base en todo lo anterior, la relación entre el amor y los fantasmas se diferencia del erotismo. Pues el erotismo es tratar de gustar, es el goce con el otro, es decir, tiene que ver con el cuerpo y la seducción del cuerpo. En cambio el amor es algo que tiene que ver con la imagen, el amor es la seducción y la contemplación de la imagen.